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lunes, 26 de marzo de 2018

RELATOS DE FONENDO Y BATA BLANCA. COMUNICACIÓN Y SALUD




José García Velázquez.
Pediatra.
Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud


Los buscadores de Internet y las redes sociales han revolucionado nuestras fuentes de información. En los temas de salud están modificando incluso las pautas de actuación de las personas: la relación médico-paciente, la alimentación, los tratamientos, etc., se ven influidos por los datos que obtenemos por estas vías.

Necesitamos aprender a hacer buen uso de ese aluvión de información, que muchas veces es confusa, sesgada y, aunque sea fidedigna, no siempre estamos en condiciones de interpretarla y asimilarla.

Si se trata, por ejemplo, de conocer datos de una enfermedad, la información que obtenemos precisa para su correcta valoración de la opinión autorizada de un profesional, a no ser que tengamos la capacitación suficiente. Sino, en muchas ocasiones vamos a alarmarnos de forma innecesaria.

Si hablamos de alimentación o de tratamientos, con frecuencia  podemos encontrarnos con opiniones contrapuestas o aseveraciones de gran calado, realizadas de forma gratuita, sin contrastar o con dudosos fundamentos: dietas descompensadas, tratamientos “milagro” para enfermedades incurables… 

Un caso particular es el de los movimientos antivacunas, que han dado lugar a repuntes de enfermedades que estaban a punto de erradicarse y han hecho que países como Francia o Italia aprueben leyes para que los calendarios vacunales de los niños sean obligatorios.

En cuanto a los profesionales de la salud, Internet se ha convertido en una herramienta de trabajo imprescindible, que nos permite estar al día en los conocimientos sobre diagnóstico, tratamiento, experimentación,… Eso sí, sopesando que las fuentes de información tengan el grado de evidencia adecuado.

Y luego hemos de tener también en cuenta el fenómeno novedoso de la importancia que han adquirido en estas cuestiones los blogueros e “influencers”, creadores de opinión que llegan de forma masiva a miles y millones de personas.

Para acercarnos a este mundo tan complejo, la Asociación Andrés Laguna para la Promoción de Ciencias de la Salud hemos organizado una jornada con el título de COMUNICACIÓN Y SALUD, que se celebrará el día 13 de abril, viernes, en horario de mañana y tarde, en el Campus Universitario “María Zambrano”. En el trascurso de la reunión, haremos entrega del premio “José Ángel Gómez de Caso”.

Las personas que estén interesadas en estos temas, pueden entrar en el blog de la Asociación y encontrarán allí el programa completo de la jornada y el impreso para la suscripción on-line, que es gratuita. También si quieren presentar comunicaciones, pueden hacerlo, según las bases que figuran en dicho blog.

Seguro que esta jornada será de gran interés, teniendo en cuenta los temas y los ponentes que van a participar. Les esperamos.

martes, 6 de marzo de 2018

Atributos de atención primaria en respuesta a la violencia de compañero íntimo en España




Un equipo multidisciplinar de las universidades de Umea (Suecia), Alicante, Autónoma de Madrid y Lleida, en el que participa nuestra compañera Laura Otero, acaba de publicar un estudio sobre cómo los atributos de la atención primaria, pueden influenciar las respuestas sanitarias a la violencia de compañero íntimo.
 

“No pregunto a las mujeres que vienen a mi consulta si sufren violencia por parte de sus parejas porque tengo la sala de espera llena.” Cómo influye la situación de la atención primaria en España en la atención a la violencia de género.

La violencia contra las mujeres por parte de sus exparejas o parejas -hombres- es un complejo problema de salud pública que afecta de forma seria a nuestra sociedad y que debe ser abordado por administraciones y servicios públicos. En el caso de los servicios sanitarios, y más concretamente de atención primaria, sector de salud señalado como responsable de la prevención y atención de este problema a nivel legislativo, actualmente existe una brecha entre los atributos teóricos de la atención primaria y la realidad de cómo estos atributos se gestionan en la actividad profesional del día a día y de qué manera ésta influye en la atención a la violencia del compañero íntimo. Esta es la conclusión de un estudio liderado por la Dra. Isabel Goicolea, investigadora de la Universidad de Umeå (Suecia) y realizado en colaboración con investigadoras de la Universidad de Alicante, de la Universidad de Lleida, de la Universidad Autónoma de Madrid y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP). Dicho estudio ha sido publicado en la revista Gaceta Sanitaria con el título Atributos de atención primaria y respuestas a la violencia de compañero íntimo en España.

Este estudio presenta las percepciones de profesionales de atención primaria sobre cómo los atributos de la atención primaria en España pueden influenciar las respuestas sanitarias a la violencia de género ejercida por los compañeros íntimos. Para ello fueron llevadas a cabo 160 entrevistas a profesionales sanitarios de 16 centros de atención primaria en España, entre ellos profesionales médicos de familia, pediatras, enfermeros/as, matrones/as, trabajadores/as sociales, entre otros/as.

Los resultados de este estudio muestran cómo estos profesionales están implicados/as con el enfoque de atención primaria, como son el trabajar centrados en las personas y no en sus malestares,  pero encuentran dificultades para poder implementarlo. 

Dicen que el trabajo de salud comunitaria en el modelo de atención primaria actual depende en gran parte del voluntarismo, e identifican como una gran amenaza la sobrecarga actual de trabajo a la que se ven sometidos, debida a las medidas de austeridad aplicadas a los servicios públicos de salud. Los participantes consideraron que la atención centrada en la persona y otros atributos del enfoque de atención primaria facilitaban la detección de la violencia ejercida contra las mujeres por parte de exparejas y parejas –hombres-  y una mejor respuesta a este problema. Sin embargo, también reconocieron que la forma en que se gestionan actualmente los servicios sanitarios, con la citada sobrecarga de trabajo, una débil supervisión y escaso feed-back por parte de las administraciones, así como la mejorable distribución de recursos humanos y materiales, no facilita la sostenibilidad de este enfoque.

En el contexto actual de crisis económica y aplicación de políticas de austeridad estos resultados cobran especial relevancia, ya que este estudio muestra cómo el rol de la atención primaria para la prevención y detección de este tipo de violencia puede verse lastrado por una falta de recursos humanos y materiales, y de gestión adecuada.

lunes, 5 de marzo de 2018

LA COMUNICACIÓN DEL RIESGO EN SANIDAD AMBIENTAL






La “Percepción del Riesgo” es una sensación subjetiva, ligada a la educación y los conocimientos de la persona, a su experiencia y al ambiente social de la comunidad. El miedo a enfermar, por tanto, es lo que guía muchas de las decisiones de la persona, encaminadas a su protección individual y colectiva.  Pero esto a veces poco tiene que ver con el Riesgo Real, lo que científicamente se puede demostrar y medir.

Este “riesgo percibido”, que como vemos, muchas veces no coincide con riesgo real, es fácilmente manipulado, encauzado o utilizado por formaciones políticas, vecinales o ecologistas, en apoyo a unos intereses que nada tienen que ver con la protección de la salud. 

Las manifestaciones colectivas guiadas por esta percepción de riesgo para la salud a partir del medio ambiente, suelen ser fuentes de informaciones que ocupan las primeras páginas de los medios, independientemente de si científicamente dicho riesgo es real o no; por el contrario, reportajes periodísticos en los que se analiza en profundidad dichos riesgos, recabando opiniones de científicos y técnicos en la materia, quedan relegados a segundo plano o en páginas de los dominicales.

Riesgos procedentes de plantas de tratamiento, de gestión  o almacenamiento de residuos, de instalaciones  industriales que emiten residuos contaminantes a la atmósfera o al agua, antenas de telefonía móvil, instalaciones emisoras de olores o contaminación acústica, son percibidas por la población con un alto potencial de peligrosidad, sin un análisis de su riesgo real, que aunque se realiza desde las industrias implicadas o desde la administración, normalmente queda eclipsado por otras manifestaciones sociales o políticas con escaso rigor científico-técnico.

El ejemplo de las plantas de tratamiento o almacenaje de residuos es paradigmático; Ecológicamente las Evaluaciones de Impacto Ambiental de estas instalaciones suelen ofrecer resultados favorables, los residuos están mejor recogidos y controlados en una instalación al efecto (siempre que funcione correctamente y esté controlada) antes que esparcidos por el medio ambiente que es donde son realmente contaminantes y peligrosos; sin embargo a nadie le interesa tener una instalación de ese tipo en las inmediaciones de su domicilio, aunque se exijan medidas correctoras que disminuyan las molestias y la peligrosidad.


Otro escenario semejante ocurre en situaciones de crisis, en las que debido a algún tipo de suceso, o su previsión (meteorológica, por ejemplo), se produce una situación de alarma que es preciso explicar a la población, en ocasiones con recomendaciones de seguridad o higiene, o simplemente de llamada a la calma.

La realidad es que un alto porcentaje de amenazas para nuestra salud provienen de nuestro entorno más inmediato. La OMS estima que los factores ambientales a nivel mundial son causantes del 24 % de la carga de morbilidad (años de vida perdidos) y del 23% de las muertes (36% en el caso de niños hasta 14 años). Es importante poder llegar con eficacia a los grupos vulnerables donde se puede incidir en la protección de la salud y la reducción de la morbilidad y mortalidad, para ello es imprescindible incluir las preocupaciones sentidas por estos grupos de población.

Resulta por tanto sumamente necesario desde las autoridades sanitarias una estrategia de “Comunicación de riesgos”, dentro de las actividades que se denominan de “Gestión del riesgo”. La comunicación de riesgos ha sido definida como un proceso interactivo de intercambio de información y opiniones entre individuos, grupos e instituciones. Es un diálogo en el cual se discuten múltiples mensajes que expresan preocupaciones, opiniones o reacciones a los propios mensajes o arreglos legales e institucionales del manejo de riesgos (National Research Council, 1989). Es un intercambio de información por tanto, entre personas involucradas con respecto a salud, seguridad y amenazas ambientales. Abarca cualquier comunicación que informe a los individuos acerca de la existencia, naturaleza, forma, severidad y aceptabilidad de un riesgo.



La Comunicación del Riesgo es una herramienta importante, tanto con motivo de estas Crisis como en situaciones habituales que es preciso ofrecer información pública sobre cualquier suceso o actividad que afecte a la salud de la población. Educación, confianza y credibilidad son tres aspectos importantes en la comunicación de riesgos. La estrategia de “informar” no es suficiente en estos grupos vulnerables, es necesario “comunicar”, los receptores no deben ser pasivos, sino involucrarse con los responsables de la prevención y control del riesgo. 

En el ámbito de la gestión del riesgo, normalmente compete a la administración comunicar los pormenores del problema, y para ello es fundamental partir de la previa Percepción de Riesgo que existe en la población objetivo, por ello este canal debe ser bidireccional, establecerse como un diálogo más que en forma de comunicado, y por una persona a ser posible conocida y respetada por esa población, con acreditado nivel científico-técnico sobre ese problema. Cuando es el político el que se pone al frente de esta comunicación de riesgos, suele ser percibido con perspicacia por amplios sectores sociales, con resultados contraproducentes respecto a lo que se pretende conseguir.

Ejemplos de lo anterior los podemos ver en las figuras de Fernando Rodriguez Artalejo (médico epidemiológo) durante la epidemia de ébola,  J. J. Trapero (policía), centralizando la información de atentados yihadistas en cataluña, o Juan José Badiola (veterinario) durante la crisis de las “vacas locas”.

Los gobiernos son responsables de la regulación y de la comunicación, en el marco de la evaluación y gestión del riesgo, así como de la implementación y desarrollo de políticas de salud y medio ambiente.




Los medios de comunicación son el soporte necesario para esta comunicación de riesgos, y deben comprender la importancia de esta transmisión de informaciones veraces, más que la más comercial de resaltar el miedo o las manifestaciones de ciertos sectores sociales que se movilizan precisamente con ese fin de fabricar una noticia; Deberían intentar llegar más al fondo del problema en vez de magnificar manifestaciones individuales y de personas o no pertenecientes a dicha comunidad o legos en la materia que causa el problema.   

Son tres las aplicaciones principales en la comunicación de riesgos (denominadas como “las 3 ces”): Crisis, Consenso y Cuidados. Ya hemos visto cómo es fundamental una correcta comunicación en situaciones de crisis y poder llegar correctamente a poblaciones afectadas, no es menos importante ofrecer una adecuada educación que permita a las comunidades adecuar su percepción del riesgo a valores científicamente admitidos y puedan proporcionar un “consenso” sobre iniciativas de gestión de riesgos que aparecen en la comunidad, y por último el objetivo de esta comunicación debe ser que el individuo sea capaz de aplicar las medidas preventivas (sobre los individuos y sobre el medio) en forma de hábitos que protejan y mejoren la salud.

Este tema de trabajo, multidisciplinar por su propia idiosincrasia, va a ser objeto de estudio en la JORNADA COMUNICACIÓN Y SALUD, que se celebrará el próximo 13 de Abril en Segovia, un foro adecuado para compartir opiniones y experiencias, tanto por parte de los técnicos en Salud, los comunicadores, los medios, las autoridades y otros colectivos interesados. 

F. Javier Tejedor Martín
Dr. en Veterinaria
Diplomado en Ciencias Ambientales