Cuando en la
actualidad hablamos de comunicación entre seres humanos, el término red social
aparece en las dos primeras frases, y una vez llegado a ese punto, si no
conoces los vocablos trending topic, hanstag, muro o viral, deberás admitir que
estás totalmente desfasado.
El mundo de
las redes sociales, ya se llamen Twitter, Facebook, LinkedIn o Tuenti, no es
sólo un universo de comunicación, sino que su influencia es tan enorme, que
revoluciones como la tunecina, la egipcia, o la siria han comenzado por él; y
si bien ese inicio nos conmovió a todos por este aire de libertad que parecía
tener, la actualidad nos ha demostrado que, a pesar de que el efecto de
comunicación es importante, el control de esos medios por parte de quien
ostenta el poder puede anularlo, ya sea por las armas -como se ha visto en
Egipto- o cancelando las comunicaciones cibernéticas con occidente -como ha
ocurrido en China-. En fin ¡¡siempre nos quedará Túnez!!
Pero las
redes sociales no sólo tienen ese impacto “político”, sino que es algo tan
impresionante, ¡tan maravilloso!, que consigue que unas personas digan a otras
lo que piensan acerca de cualquier tema en cualquier parte del mundo. Nos
enteramos tanto de los grandes asuntos que ocupan la atención de casi toda la
humanidad como de los pequeños que ocupan el interés de tan sólo dos o tres
personas.
Podemos ver la representación teatral de unos niños en una
pequeña aldea lapona, o un gran juego de magia que el mejor mago del mundo
representa en el mejor teatro de Broadway. Sabemos que nuestra amiga Luisa ha
aprobado la oposición y lo está celebrando en Torrevieja donde luce un bikini
espectacular, y los profundos pensamientos de nuestro amigo Antonio acerca del
sentimiento de las ballenas piloto. ¡Nunca hemos tenido tanta información de
nuestro entorno! A estas alturas del invento Facebook y Twitter, que tanto
dinero han dado a unas cuantas personas, se han convertido en la Wikipedia (otra
RRSS o red social) de cada persona. Ya es posible que hablando de o con una
persona común -quiero decir no famosa- , en breves minutos podemos conocer gran
parte de su vida, al menos de la vida que hay escrita.
Pero no
solamente nos comunicamos política o personalmente, sino de forma profesional,
porque continuamente se vuelcan en la
red los avatares que ocurren en cada profesión. Tanto es así que vivimos la
maravilla de seguimientos de blogs personales donde individuos con ánimo y
temas sobre los que escribir nos deleitan con ellos, ya sean de cocina, de fotografía,
de belleza, de medicina, de veterinaria, de enfermería, de cuidados, de
formación y un sinfín de asuntos más.
Y el “novamás” es el número de seguidores: cuantos más
tienes, más impacto e influencia social posees, y más prestancia cibernética
adquieres. Recuerdo que una vez me retwitteó un twett la Universidad Autónoma
que llegó a 100.000 seguidores, ¡¡nunca había escrito para tanta gente a la
vez!! Recientemente el responsable de la Policía Nacional que llevaba los tweet,
estaba consiguiendo tantos seguidores que fue fichado por una multinacional.
Por
concluir, si quieres comunicarte, ya no puedes hacerlo por carta, solo el
whassap, mail, y los antes mencionados te permitirán estar en esta sociedad de
la comunicación.
Pero a lo
largo de este relato, has ido percibiendo que además de las excelencias que
aportan las redes sociales, conllevan algunos riesgos, y no sólo los hasta aquí
descritos. Con alguna frecuencia se han producido acosos cibernéticos a ciertas
personas -que por suerte ya se pueden denunciar -, en ocasiones se originan
disputas entre los participantes en esas conversaciones electrónicas en las
cuales unos y otros se pierden el respeto, y otras veces se utilizan las
imágenes de terceros sin su consentimiento. Como todo en esta vida, el problema
o la excelencia de una herramienta no
está en ella misma, sino en su aplicación, y como en cualquier relación entre
los humanos, la base de cualquier iniciativa debe ser el comportamiento ético y
el respeto al otro.
¿Qué
horizonte esperan a las redes sociales?
Pienso que se incrementarán enormemente, que alcanzarán campos que hasta ahora
no imaginamos, y que desde luego cubrirán de forma importante esa necesidad
imperiosa que tenemos los humanos de comunicarnos. Cuando esto avance, echaré
de menos la cercanía visual de las personas, sus olores o sus gestos, aunque
supongo que no tardarán en descubrir cómo integrarlos.
Juan Manuel Garrote Díaz
Secretario General de la Organización Médica Colegial
Vicepresidente de la Asociación Andrés Laguna para la Promoción
de las Ciencias de la Salud
No hay comentarios:
Publicar un comentario