Un banco de alimentos autogestionado para la lucha contra la pobreza
infantil
Una investigación realizada en la ciudad de Madrid muestra la realidad
que enfrentan un grupo de madres y padres con hijos e hijas menores de edad,
quienes, en un contexto de pobreza creciente durante la crisis económica, participan
de un banco de alimentos autogestionado. El trabajo se publica en la revista
científica Health and Social Care in the
Community.
Laura Otero García
Universidad Autónoma de Madrid
CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP-ISCiii)
CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP-ISCiii)
Un
trabajo reciente, publicado en la revista Health
and Social Care in the Community, describe el ambiente de pobreza severa en el que viven madres y padres
con menores de edad a cargo en el Distrito de Tetuán, Madrid, y quienes se ven en
la necesidad de autogestionar un banco de alimentos.
Estos resultados han sido presentados por un
equipo de cuatro investigadoras y un investigador pertenecientes, entre otras
instituciones, a la Escuela
Nacional de Sanidad (ISCIII), el Hospital U. Nuestra Señora del Prado (Talavera
de la Reina), el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP-ISCIII)
y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
La investigación muestra los intentos
y dificultades de las madres y padres para contrarrestar las carencias
materiales y las consecuencias psicosociales y sobre la salud de sus hijos e
hijas fruto de la situación de pobreza en la que se vieron sumidos (o que fue
agravada por) la crisis económica y los recortes sociales. Como forma de enfrentar
en parte esas carencias, este grupo de familias comparten el hecho de intentar
dar respuesta desde los movimientos sociales de autogestión.
El
trabajo destaca los aspectos sociales e institucionales que influyen e
interactúan con los intentos de madres y padres de proteger a sus hijos de las
consecuencias de la inseguridad alimentaria y la pobreza. Del mismo modo, subraya
cómo, en ausencia de suficientes recursos públicos, las personas intentan
encontrar apoyo en recursos comunitarios.
Estas
iniciativas pueden ayudar a madres y padres a satisfacer positivamente las
necesidades materiales de su familia, así como reducir su propia angustia
psicosocial, y por tanto potencialmente mejorar los cuidados de sus hijos e
hijas.
“Sin
embargo — se concluye— los grupos de apoyo comunitario no deben ser vistos como un
reemplazo de los servicios públicos, ya que el soporte que ofrecen es siempre
parcial. Las políticas públicas en España deben ser revisadas y reforzadas para
permitir una protección efectiva de la infancia y, por extensión, de las
familias que viven bajo una gran privación”.
Banco de alimentos autogestionado
En
el trabajo, los padres y madres constatan las consecuencias negativas en la
salud de sus hijos derivadas de una mala alimentación. Los autores destacan el
fuerte impacto percibido en la salud mental de los menores.
“La
falta de alimentos o la preocupación por su falta, la exclusión de espacios de
socialización o de aprendizaje, las situaciones graves como un desahucio, la
separación de algún familiar, o la percepción de problemas en el hogar, entre
otras, son causas inmediatas de esa mala salud mental”, se describe.
Además,
las excesivas dificultades cotidianas llevan a un agotamiento excesivo y una
propia mala salud mental de padres y madres, creando un ambiente en el que
cuidar se hace más complicado. En este contexto, el estudio muestra qué
recursos materiales, educativos y relacionales son considerados significativos,
y qué estrategias ponen en marcha padres y madres para amortiguar las
consecuencias negativas para la salud de sus hijos.
Una
parte importante de las estrategias que utilizan padres y madres para asegurar
el cuidado y la salud de sus hijos e hijas tiene que ver con intentar
mantenerse como figuras de protección y cuidado frente a sus menores. En este
sentido, el banco de alimentos autogestionado no sólo permite la provisión de
alimentos, sino que, sobre todo, se percibe como un espacio de gratificación
personal y de renovación de la sensación de valía propia.
El
estudio analiza también cómo las posibilidades reales de cuidado de las que
disponen los padres y madres se ven limitadas por un contexto de falta de
recursos públicos para hacer frente a su realidad de pobreza, así como por las
exclusiones que se producen a través de mecanismos legales (descritos como
acceso diferencial a derechos en función de la situación legal) o burocráticos
(explicados como un laberinto de papeles y requisitos para conseguir una ayuda
social, por lo general mínima, de corta duración y que llega demasiado
tarde).
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Referencia bibliográfica:
Zamora-Sarabia AL, Guterman RH; Sanz-Barbero B; Rico Gómez A &
Otero García L. “Child health and the possibilities for childcare
in a context of poverty and food insecurity: The narratives of parents
attending a self-managed foodbank in Spain”. Health and Social Care in the Community. DOI: 10.1111/hsc.12712
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